No es tu culpa


No es tu culpa que falle donde tu triunfas,
que calle donde tu expresas,
que yo exprese cuando todos callan
convirtiendo mis palabras en gritos muertos.

No es tu culpa esta sensación de querer estar solo,
de no querer estar solo,
de sentirme solo estés o no estés.

No es tu culpa que mis ojos resecos quieran llorar
ni que mis manos sujeten el puñal que te hiere
                        en defensa del no quererme lastimar.
No es tu culpa tus lágrimas que inundan mi ser,
                       ahogando mi ánimo.

Nunca podrá ser tu culpa el creer;
en el ideal de mí, en la consciencia sublime de mí.
Así que puedo, y debo decir,
en cada noche oscura y sola,
Que las culpas solo son mías y justamente mías,
al callar demasiado y asfixiarme en el humo
de lo mucho que puedo sentir.






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