Acuérdate de mí

Los días pasan tan lentos, ella sonríe en la inocencia precisa de su edad; apreciando cada cosa que le resulta novedosa mientras pierde el sentido de la maravilla, del asombro. Y cuando las noches caen y yo vuelvo a mis  silencios, a  la simple sencillez de mi soledad no me queda más que cerrar los ojos e imaginarme en el sepulcro de mis ideas pasadas, de mis quimeras muertas y me suspendo en la brisa plena de los sueños que me quedan, de las aspiraciones que conservo y que me motivan a seguir en la encrucijada. Hubo muchos gritos que deterioraron poco a poco mi sentido de audición y me niego a sucumbir en la conformista y mentirosa paz de mi entorno en guerra. Hoy estoy acá pensando en todo y en nada, con un inconformismo muy adentro que siento cada vez que me levanto e incluso cuando duermo se proyectan mis deseos y frustraciones inconscientes en imágenes que configuran escenas aterradoras.
Me levanto de la cama y la miro alli reposando serena;es tan hermoso aquel cuerpo recubierto por una delgada sabana, de repente escuchó un susurro tras de mí que me inquieta, me acerco a su origen y veo como  unos labios de aspecto mortecino  empiezan a relatar una historia contada por un  hombre de carácter serio y aspecto famélico; es de mediana estatura y su cabello tan negro como solo podían serlo los ojos de demonios del profundísimo averno. Él me mira fijamente mientras me cuenta a parrafadas su relato, mediando cada párrafo por un cuarteto de un poema de Lord Byron bien conocido por mí desde la infancia. Cada palabra ha quedado impregnada en mí ser y con solo evocar este recuerdo mi cuerpo se estremece y tirita del profundo miedo de los vocablos de este ser tan horripilante, quien hablaba a manera de oscuro oráculo vociferador de futuras tragedias:

“Llora en silencio mi alma solitaria,
excepto cuando está mi corazón
unido al tuyo en celestial alianza
de mutuo suspirar y mutuo amor.”

Hace milenios-Así empezó el relato este ser desagradable- el mundo se regía bajo el mandato tiránico del Rey Jairt hijo de Galo “El poderoso”. Cuenta la leyenda que Jairt gracias a los favores recibidos de deidades oscuras tomo con sus enormes  y ensangrentadas manos el vientre firme  de su padre y lo evisceró. No con menos frialdad, sometió al pueblo a una condena de hambre, suciedad, peste y miseria. Fue allí, en medio de las fétidas y oscuras calles donde se conocieron Kozlov y Lioshka quienes se encargarían de generar una insurrección impulsada por su inconformismo e  inefable amor.

"Es la llama de mi alma cual lumbrera,
que brilla en el recinto sepulcral:
casi extinta, invisible, pero eterna...
ni la muerte la puede aniquilar."

Cuando el rey se enteró de los beligerantes planes cayeron los muertos como fichas de dominó, los escogía al azar en cantidades enormes para infundir temor y ni Kozlov ni nadie pudo hacer nada. << ¡Represalias de nuestro Rey! ¡Perdón gran Jairt!>> Gritaba el vulgo enceguecido y temeroso ahora despreciando a Koslov nombrándolo único conspirador. Pero la ira del rey no se contuvo, conjuró la peste más temible que azotó al pueblo convirtiendo la ciudad en un campo de asquerosas  figuras humanas deformadas que agonizaban en su suciedad, en su miserable humildad ante un poder que les resultaba por todo superior y Lioshka no fue inmune a este terrible flagelo también cayendo  enferma; aquel bello rostro blanquecino se deformo con purulentas erupciones hemorrágicas, vómitos sanguinolentos y lamentos que parecían el mismísimo quejido suplicante de un ángel; todo esto hacía de Kozlov presa de su impotencia y de su furia, la abrazaba, la besaba, pero no podía hacer nada; no  podía suplicar cura a su enemigo ni mucho menos, la tuvo entre sus brazos sintiendo como moría desangrada, sintiendo como sus fuerzas se perdían, observando la última mirada cada vez mas inanimada de su gran amor quien mientras fallecía repetía sollozando: Acuérdate de mí.

"¡Acuérdate de mí!... Cerca a mi tumba
no pases, no, sin darme una oración;
para mi alma no habrá mayor tortura
que el saber que olvidaste mi dolor."(1)

Kozlov el vagabundo, el errante y anochecido héroe de un pueblo que no quería ser liberado. Deambuló por las calles empedradas de la ciudad, drogado, ebrio, degradado, complaciendo el espíritu maligno del rey Jairt quien se regocijaba al saberlo en ese estado. Se le veía triste y solitario, con la mirada vacía, casi muerta, sus labios apretados ya no declamaban profundos discursos ni bellas palabras ¿A quién? ¿para qué? La vida se le había ido con Lioshka, su recuerdo en las noches volvía así como su ya habitual desesperación; la veía en los reflejos de las vitrinas, en las aguas  lamosas encharcadas, la veía y deseaba morir sumergido en vicios donde podía llegar a sentirla cerca ¡la sentía! la podía acariciar y gritaba enloquecido por las calles <<¡Lioshka he de liberarte!>> cayendo de rodillas llorando mientras la gente se alejaba de su paso.

"Oye mi última voz. No es un delito
rogar por los que fueron. Yo jamás
te pedí nada: al expirar te exijo
que vengas a mi tumba a sollozar."(1)

Poco a poco todo recuerdo de esta pareja fue erradicado de las mentes de los pobladores interiorizándose cada día mas una parsimonia conformista que les permitía vivir entre ellos, conciliando sus necesidades al saberlas habituales en ellos mismos y en sus semejantes, guiñando el ojo lagañoso de la mentira consentida. Degradados, sucios; bufones humanos en harapos que jugaban a la felicidad que hace mucho tiempo fue desterrada de sus corazones, ahora solo había lugar para el barro y la saliva espesa venenosa que lubricaba lisonjas entre ellos y para el rey. Sucia y engrasada fue la mortaja en la que envolvieron a Kozlov al encontrarlo en un banco congelado por el frio invernal, su cabello despeinado y la barba hirsuta acumulada de varios meses impedía que alguien lo pudiera reconocer, simplemente fue envuelto bruscamente con asco y enterrado en una fosa común junto con los muertos recogidos a lo largo del día.

“Acuérdate de mi”(1)

¡Acuérdate de mí y estas palabras que hoy pronunció!- Continuaba aquella horrible voz gutural casi gritándome mientras yo permanecía estupefacto atendiendo a cada detalle del relato- Acuérdate de mi rostro, ese que ves en este momento; mis ojos desecados adquirieron el color de mi odio acumulado, soy el producto de las vicisitudes materiales que ustedes llaman alma, soy el silencio de tus culpas y tus miedos, soy yo quien te hace llorar no permitiéndote ser feliz, soy yo aquel nudo que no te deja dormir, que no te deja conformarte. Porque esta historia milenaria aún no cambia, solo sus actores, y la mentira se mantiene. No hallaras verdades en el viento pasajero ni en la autodestrucción, no hallaras paz en un lecho de espinas engañado por la belleza de las rosas. Mis labios están muy descompuestos ya que he besado apasionadamente a la muerte y le susurro en nuestro lecho versos que retan su poder, mis labios han perdido su color en cada beso que has dado sin querer, en cada gesta de lo que soy y lo que intentas ser ,por eso hoy he decidido venir a verte y  que me veas para hacerte saber que la soledad es inevitable, tu siempre estarás solo, caminas y me caminas, hablas y me hablas, ¿Por qué me buscas y no me encuentras estando tan cerca? En ellos no hallaras más que falsas banalidades, en mi lo hallaras todo. Ven a mí, te estoy esperando.

De repente sentí un gélido impulso que recorrió todo mi cuerpo y experimente una sensación de haber salido de un letargo antiguo, estire mis extremidades y caí en cuenta de donde estaba: Mi cuarto, tras de mi la cama en la que descansaba ella… ¿Y yo? ¡yo de pie frente al espejo!me temblaron las piernas y dude de mi estado mental, hice algunos movimientos pero todo estaba aparentemente normal, observaba cada detalle de mi rostro sintiéndome muy extrañado hasta que de un momento a otro una voz suave logro sacarme de mis cavilaciones:
-¿Qué haces?...¿En qué piensas tanto?, vuelve a la cama
-En nada.Respondí quedamente mientras observaba a aquella mujer de manera impersonal.


CITAS: 
1 .Acuérdate de mi.Autor: Lord Byron.


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