Epístola Póstuma
Hace algún tiempo me preguntabas que demonio me pesaba más, que
cual era el que me trasnochaba, a lo que te respondía: “El olvido”. Aún lo sigo
pensando, aún me sigue trasnochando, ese monstruo me estruja a diario y me
incita a olvidarme del comprenderme Humano y pensante, a caer en la inercia del
existir de una manera superflua, en definitiva, a olvidarme de mí mismo. Eso
siempre me ha vuelto mierda y lo sabes, quizá por mis cambios de locación, de
personas, de costumbres; a veces veo mi vida como un destierro constante del
que desconozco su objeto o mucho menos su fecha de comienzo, quisiera volver…no sé ¿pero a dónde? Hoy me
hallo con la mirada cansada, con menos odio, con mucho entusiasmo por unas
cosas y desgana por casi todas… ♫♫Everybody's Got To Learn..♫♫
y recuerdo lo que a ti te pesaba: “La esperanza” esa que te hacia humedecer los ojos cuando veías
la realidad más simple y conmovedora, que te daba brillo y frescura
<<Vaya que estamos jodidos>>Decíamos quedamente. Pero jodidos entre
palabras y cafés esos demonios nos hacían más fuertes para ser lo que fuimos, y
si hoy detengo el estudio de fórmulas y ecuaciones bioquímicas para escribirte,
para escribirme porque sé no lo leerás, es porque me vienes a la mente y sonrió
imaginando escenarios, recordando cosas, a pesar de que ya varios años hayan
pasado del adiós, a pesar de ser consciente de que en esta noche yo soy la
esperanza del recuerdo, y tú el olvido.
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