Éxtasis
Siluetas ensombrecidas se aferran a la cadena del grillete que opaca mi mirada,que merman poco a poco mis pasos.Y son estas las que me invaden como se creía en la antigüedad lo hacia el éter al universo, siendo génesis de un estadio narcoleptico que me hace delirar,observar sin observar;deformar la realidad. Susurros permanentes en mis oídos guían mi conducta y me acompañan en la Facultad de Medicina,en mi cuarto,en Neiva. Y en las noches mas lúgubres una serena nube de humo me rodea y me eleva levitando a la felicidad de la singularidad donde me baño en lagrimas y sonrisas ¡cantando a gritos solo como un loco!
***
Y te veo en la mediocre imaginación de mis letras que mucho y nada dicen cuando ensombrezco mi presente, quimérica compañera de venturas y desventuras; efigie proclamada musa de mis inventos, de mis asaltos a la muerte misma. Cuando la noche cae y el distractor mundo se pausa se abre el telón de mi mente y aparece la utopía, el ensueño, la realidad tras la realidad, este <<Nunca mas>> que me altera hasta la psicosis que genera tu ausencia. Vida mía enrarecida por el moho y la decrepitud de ánimo que paraliza mi boca al sellarse con la tuya en un beso inmortal. Hoy la firmeza de carácter radica en el pensamiento mismo y la noción de “Individuo”. Y es allí, donde te veo inmaculada en rictus de compresión y eternidad; Vida mía, existir te resulto trivial, quieres lograr aquel estado inefable que somatiza tus encantos. Vida mía ¿Cuándo has de llegar?
***
Ella lo miraba mientras se dormía. Y el, en su sueño observaba taciturno, a su lado, como ella estaba sufriendo. Se sentía a gusto estando con él. Mientras el líquido bajaba por su tersa piel, él estaba allí, acostado mirando como los estertores se detenían y el rictus deformaba su belleza en un gesto de complacencia infinita, esta que solo permite el sueño profundo, aquella inefable sensación que aparece cuando la vida nos parece el más bello privilegio. Acariciaba con sus suaves y delicadas manos el rostro de él tratando de deducir las cosas que en su mente en ese preciso instante se le ocurriría, e incluso llego a pensar que ella era parte de sus sueños. Él la vio mientras dormía y su intenso sentir se hizo pasión y así más profundo su piel desgarro, la amo profundamente en cada corte, en cada lagrima en cada grito de súplica, la amó cuando la poseyó en silencio viendo su angelical rostro, y él, lleno de melancolía. Despertó viéndola allí al lado dormida, él la amo mucho más cuando despertó y vio el cadáver que a su lado ahora era utopía.
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Y te veo en la mediocre imaginación de mis letras que mucho y nada dicen cuando ensombrezco mi presente, quimérica compañera de venturas y desventuras; efigie proclamada musa de mis inventos, de mis asaltos a la muerte misma. Cuando la noche cae y el distractor mundo se pausa se abre el telón de mi mente y aparece la utopía, el ensueño, la realidad tras la realidad, este <<Nunca mas>> que me altera hasta la psicosis que genera tu ausencia. Vida mía enrarecida por el moho y la decrepitud de ánimo que paraliza mi boca al sellarse con la tuya en un beso inmortal. Hoy la firmeza de carácter radica en el pensamiento mismo y la noción de “Individuo”. Y es allí, donde te veo inmaculada en rictus de compresión y eternidad; Vida mía, existir te resulto trivial, quieres lograr aquel estado inefable que somatiza tus encantos. Vida mía ¿Cuándo has de llegar?
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Ella lo miraba mientras se dormía. Y el, en su sueño observaba taciturno, a su lado, como ella estaba sufriendo. Se sentía a gusto estando con él. Mientras el líquido bajaba por su tersa piel, él estaba allí, acostado mirando como los estertores se detenían y el rictus deformaba su belleza en un gesto de complacencia infinita, esta que solo permite el sueño profundo, aquella inefable sensación que aparece cuando la vida nos parece el más bello privilegio. Acariciaba con sus suaves y delicadas manos el rostro de él tratando de deducir las cosas que en su mente en ese preciso instante se le ocurriría, e incluso llego a pensar que ella era parte de sus sueños. Él la vio mientras dormía y su intenso sentir se hizo pasión y así más profundo su piel desgarro, la amo profundamente en cada corte, en cada lagrima en cada grito de súplica, la amó cuando la poseyó en silencio viendo su angelical rostro, y él, lleno de melancolía. Despertó viéndola allí al lado dormida, él la amo mucho más cuando despertó y vio el cadáver que a su lado ahora era utopía.
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