La porqueriza del Sr G
Bienvenidos a la porqueriza del Sr G. Se suele creer en lo
que obviamente no va pasar y se espera por una irrisoria esperanza, se disfruta
de la compañía de personas aun vislumbrando lo fugaz en cada calada, se construye
un camino con las uñas que lleve a la gloria de haber “vivido”. En la pocilga
del Sr G se cree en el amor tangible más allá de las páginas de una novela
sentimental en la que María muere al final y él sigue con su vida. Se besan
suaves labios femeninos que por lo general pronuncian el adiós que destruye por
una temporada y después de un tiempo apaciguan y llenan de incertidumbre con un
“Hola ¿Por qué tan perdido?”.
En la porqueriza del Sr G no se empeña la palabra a no ser
que no sean sus palabras, no se permutan sentimientos por caricias inicuas ni
se adoban halagos con embustes. Cambiamos pensamientos (buenos, malos,
patéticos, etc.) por espontaneas sonrisas no condescendientes. Poco sol en la
porqueriza del Sr G cuando este se revuelca en sus hurañas maneras. Al Sr G
cuando estaba en el colegio le recomendaron leer el Manual de las buenas
maneras de Carreño, se lo leyó y nada cambio más que el incremento de motivos
para sus burlas a la mediocridad que trae el ser popular (¡Gracias Wilde!).
¡Ay! Sr G, se perdió en el ocioso mundo, quiso salir,lo logró, pero se dio
cuenta que si dejaba el ocio se llenaría de triste realidad ¿y aun así
sigue con la idea?
Cuando alguien visita la porqueriza del Sr G este hace lo
necesario para que permanezca o para echarlo prontamente, algunos (as)
solicitan más atención de la que se les puede dar y deciden irse por su cuenta;
irreverente decisión que crea cuestiones, generalmente, algo vánales. Hace
algún tiempo que en la porqueriza del Sr G se tomo la decisión que cada día se
le dedicara así fueran diez segundos a preguntarse que se esta haciendo y que
aporta para el todo ya que se perdía mucho tiempo haciendo nada ¿Qué estoy
haciendo? Bienvenidos a la porqueriza del Sr G.
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