Camino





En este lugar no me siento a gusto. Esta ciudad me resulta ajena y la gente totalmente diferente al tipo de personas que acostumbraba tratar, pero sé que si volviera a Bogotá la sensación no se iría, pernoctaría recordándome que el problema está en mi cabeza, en mis planteamientos y en la forma como me relaciono con las personas que me rodean, todo cambia.

Demasiadas sonrisas y demasiadas meloserias superfluas que buscan una armonía con una alta dosis de compasión que resulta asquerosa; palabras corteses, miradas fingidas, compañerismo barato que pulula en esta circunstancia en la que me encuentro. Pero el pasado no se me presenta mejor por eso no dedico tiempo a pensar en lo bonito y/o agradable que fue lo pretérito y lo malo que es el presente, mas bien, esbozo el futuro y trazo una trayectoria a seguir (casi con el mismo idealismo con el que se mira el pasado, pero sin las heridas)…mi camino se ha desviado, tendré que retomarlo.

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